miércoles, 28 de mayo de 2008

El semáforo

De vuelta a casa tras una tarde en la sauna, detengo mi coche en un semáforo. Emitiendo un bostezo progresivo, giro mi cabeza observando sin mirar con un movimiento mecánico y monótono.

No entiendo por qué, pero siempre que me detengo en un semáforo miro a mi alrededor a observar el comportamiento de quienes me acompañan en la espera.

Y hoy le vi.

Se trataba de un hombre ya maduro, curtido en madrugones. No alcancé a ver qué ropa llevaba puesta, porque la ventanilla de la camioneta en la que iba me lo impedía. Portaba en su oreja un lapicero de carpintero y entre su oido y el hombro iba un teléfono por el que, por sus gestos exagerados, iba hablando. Mientras esto ocurría iba cubriendo, apoyado en el volante, un parte de asistencia, seguramente de la visita anterior. Gotas de sudor caían por su frente.

El semáforo se puso en verde, tiró la carpeta donde apoyaba el parte de asistencia, todavía sin cubrir, cogió el teléfono con su mano izquierda y con la derecha empezó a meter las marchas del coche.

Yo sonreí y reanudé la marcha mientras pensaba "me encanta mi trabajo".

27 comentarios:

Anónimo dijo...

y a mí, el mío jjasja. Se le veía muy atareado y estresado al hombre del semáforo. No disfrutaba.

un abrazo.

BIRA dijo...

Hola Sommer, te devuelvo visita, que es de biennacidos ser agradecidos.

A ti te encantará tu trabajo, pero creo que el hombre madrugador sudoroso debía estar un poco hasta el moño, que no?

Un saludo.

Laura dijo...

Hola. Gracias por tu visita.
Yo me conformaba con un trabajo, aunque seguro que cuando lo tenga encontraré algún motivo de queja. Disfruta del tuyo. Saludos.

nomolamos dijo...

a veces no valoramos lo que tenemos, hasta comparamos con otros,
a mi me encanta mi trabajo, aunque a veces me tiraria por una ventana, pero no todo el mundo puede decir lo mismo,
tenemos suerte,
un beso.

Camille Stein dijo...

en la comparación nos valoramos... a nosotros y a los otros

nuestras quejas se agrandan o empequeñecen según el espejo donde nos miremos

un abrazo

J dijo...

El instante mismo en el que te desconectas para entra en el munod ajeno...

-J

Rara Avis dijo...

Cuando observamos a los demas y comparamos nuestras vidas a veces descubrimos que sin saberlo hasta ese momento hemos sido afortunados ya que siempre encontraremos a alguien que esta mucho peor que nosotros...

Yo me quejo muchas veces de mi trabajo, pero admito que es mucho mejor que el anterior...

Besitos y trastearé un poco mas por aqui, conociendote...

Abriles dijo...

Y lo importante que es amarlo!!!
Bien por vos.
Saludos desde mi otoño.

eFi dijo...

Sin lugar a dudas tener un trabajo que te encante es lo máximo, se realiza sin pensarlo. Ahora...¿quien dijo que al caballero con lápiz de carpintero no le gustaba el suyo?.
Hay momentos que reniego del mío pero sé que no podría haber sido mejor mi elección.
Besos.

Genín dijo...

Vete tu a saber, a lo mejor a el también le gusta el suyo.
Salud

Anónimo dijo...

En mi blog en la columna lateral en "las frases de mi vida" escribo: "Que la vida me permita seguir haciendo lo que hago para no tener que trabajar", como la opinión de varios, tal vez a él le gusta el suyo, pero frecuentemente observamos las facies de la gente y ciertamente muchas se ven insatisfechas. Un saludo

SOMMER dijo...

Fernando: desde luego la cara del caballero no anunciaba placer.

Bira: gracias por pasarte, puedes volver cuando quieras. El madrugador sudoroso estaba hasta las "bowlins".

Laura: El trabajo llega, seguro. Sólo hace falta que llegue el que esperes.

Nomolamos: creo que tienes razón cuando resaltas la suerte de nuestros trabajos. Yo al menos, el mío lo valoro mucho, porque sobre todo me da mucho tiempo libre.

Camille stein: verdades como puños. En la comparación está nuestra valoración o nuestra queja.

Abrazos a todos

Poledra dijo...

Esperemos que el hombre solo estuviese teniendo un mal dia...de esos tenemos todos,no?

Un abrazo

Anónimo dijo...

Pues debes tener un trabajo cojonudo, porque a mi me encanta el mío y a veces me tiraría por la ventana.
Por cierto en mi blog, si te apetece, tienes una historia que seguir.

besos

Mara dijo...

hombre, lo mismo no era por trabajo no? o solo era algo puntual...

Amylois dijo...

Pobre hombre, que triste me ha resultado la imagen que has visto.
jejeje.
Un saludo.

Syl dijo...

A mi también me gusta el mío, aunque preferiría dedicar mi tiempo a otras cosas, la verdad...

(yo también observo a la gente en los semáforos...siempre imagino sus vidas tras sus caras serias).

besitos.

Pedro Estudillo dijo...

Pues sí, además, por aquí, si le pilla la poli le cae un multazo de dos pares, por hablar por el móvil mientras conduce.
Es relajante saber que siempre hay gente peor que uno.
Un abrazo.

Anna dijo...

A mí, mi trabajo también me proporciona cierta tranquilidad, yo no uso coche, ni conduzco, aunque es cierto que tengo carné...
pero si lo hiciera mi trabajo me da la suficiente tranquilidad, como para no trabajar mientras conduzco, amén del peligro que supone todo eso al volante.

bss.

SOMMER dijo...

J:es verdad que muchas veces desconectamos de nuestro mundo para invadir el mundo ajeno.

Ayshane: seguro que cualquier aspecto de nuestra vida es mejor comparado con algo. Todo es relativo.

Abril: es verdad, es importante amar tu trabajo.

Efi, Genín: os puedo asegurar que el tipo no estaba a gusto. Eso seguro. En su cara había cierto aire de resignación.

Jorge: fantástica frase. Me la quedaré, si no te importa.

Abrazos a todos.

alguien dijo...

Yo, por lo pronto, no trabajo. Bueno, bastante agotador es de por sí soñar a diario. Gracias por tu visita, tu blog me parece muy interesante. Me ha encantado la historia de las camisas, sencillamente estupenda.
hasta pronto! :)

matrioska_verde dijo...

habría que ahondar mucho en eso... en realidad estás juzgando superficialmente... ¿quién sabe?... no lo has probado.

bicos,
Aldabra

: ) dijo...

Si , a veces no imaginamos que otros puedan estar peor !
( me gustó mucho )

Perséfone dijo...

¿Estaría el hombre realmente en aquella situación por su trabajo? Nadie sabe qué tipo de conversación era la que estaba manteniendo a través del teléfono.

Un mal día lo tiene cualquiera...

Saludos.

veida dijo...

La vida es un suspiro el cual debemos disfrutar en todos los sentidos, lo malo, lo bueno, lo triste y lo ajeno.

Saludos y rian todos los dias

Paz dijo...

El semáforo es asidero de historias, ves tanta gente, divagas tanto en la cabeza imaginando quien sabe qué, pero aveces converge tu historia con la de otros y, en tu caso reafirmas tu gusto por tu trabajo...

Un abrazo! que estés súper!

SOMMER dijo...

Poledra: yo tengo la sensación de que ese hombre tenía muchos malos días al cabo de la semana. Al menos si actuaba normalmente con ese frenesí.

Lúcida: Te aseguro que me tiraría por la ventana varios días a la semana. Pero no obstante, he de reconocer que mi trabajo es cojonudo.

Mara: la verdad es que si algún día me lo vuelvo a cruzar, se lo preguntaré.

Amylois: más que triste, estresante.

Sylvie: yo creo que todos observamos a los demás en los semáforos. Unos lo hacen con más disimulo y otros son más descarados, pero todos observamos.

Abrazos a todos.