martes, 12 de julio de 2011

La tecnología y la salud, algo más que amigos

Presumimos, los que trabajamos en Sanidad, de disponer de las más avanzadas técnicas de diagnóstico y tratamiento en enfermedades cuya supervivencia, hace apenas unos pocos años, eran meras quimeras. Profesionales bien formados y equipos del más alto nivel tecnológico, avalados por una financiación equivalente al 8% del PIB del país garantizan, al menos a priori, un sistema sanitario público accesible, equitativo y de calidad.

No es menos cierto, que en no pocas ocasiones, discutimos sobre la sobremasificación sanitaria, observado este hecho desde dentro, con preocupación, en tanto en cuanto supone cada día más visitas (muy discutidas a veces, pero esto es hilo de otro mantel) a consultas y urgencias, incremento consiguiente de las listas de espera quirúrgicas, y a corto plazo, abundantes esperas en las salas de consultas y urgencias de los hospitales y centros de salud, con el consiguiente coste para el pais en términos de permisos laborales para acudir al centro, bien sea como usuario, o como acompañante.

Siendo parte activa en todo este proceso, me sonroja observar cómo dejamos pasar la oportunidad de utilizar toda la tecnología que el mundo actual nos proporciona para hacer mejor el sistema. Si todos disponemos de teléfonos móviles de alta generación, capaces, entre otras muchas cosas, de mantener una video-conferencia a miles de kilómetros o de grabar vídeos en alta definición; si todos (o casi todos) disponemos de cuentas de correo electrónico, perfil en Facebook, Twitter u otras múltiples redes sociales, si vivimos en hogares domóticos y manejamos coches que aparcan solos, no entiendo cómo no somos capaces de disminuir el impacto de las visitas hospitalarias utilizando las tecnologías.

No parece difícil conseguir, que un paciente sea capaz de hacer una consulta mediante un e-mail que el doctor pueda contestar, tranquilamente y sin agobios, desde su despacho. Es razonablemente sencillo que no haya que acudir al hospital para solicitar una nueva revisión, o que no haya que acudir a buscar el resultado de una Resonancia Magnética, cuyo resultado haya sido negativo, cuando todo esto sería posible de resolver mediante un simple e-mail.
Tampoco parece muy complejo que un paciente pueda enviar una foto con un brote de Dermatitis ocasionado por una alergia desconocida, en el mismo momento en que ésta se produzca, sin tener que esperar dos semanas a que el Alergólogo tenga hueco en su consulta, y cuando, probablemente, la Dermatitis haya cedido.

Yo, que puedo, pienso luchar para que, al menos en mi hospital, todo esto sea posible. Lo conseguiré?... Empeño al menos voy a poner, y mucho...