Casi todos los miércoles me doy una sauna después de salir de trabajar. Hay gente que va a la sauna a leer, los hay que van a dormir, otros a sufrir. Siempre está el pesado de turno que según entra en la sauna empieza a contar su vida, dándote conversación cuando no la quieres....
Yo a la sauna voy a pensar. Y suelo pensar en las cosas más absurdas que os podáis imaginar. Ayer, por ejemplo, no tenía gana de pensar, por lo que me puse a contar las tablas de madera que, machambradas, forman la sauna. No es que la sauna sea demasiado grande, pero hay un par de árboles en esa sauna metidos seguro....
Pensé en Zapatero y su enfrentamiento con la Iglesia, o en las dos cooperantes liberadas ayer, pero todo me parecía demasiado profundo, y ayer no tenía el día para eso.
Luego me dio por recordar el programa que había visto el día antes en la televisión de Callejeros, en la que contaban cómo vive la gente que pide limosna por las calles de España. El reportaje me dejó bastante impactado, por lo que en cierta medida me sentí culpable. Yo allí tumbado desnudo, sudando de calor, mientras otros viven en la más absoluta miseria buscando entre la basura restos de comida con los que poder subsistir...Como pensar en eso me hacía sentir mal, me propuse pensar en otras cosas. Así, entre pensamiento y pensamiento fueron pasando los minutos y me dio por pensar: quizá las gotas de sudor que iban arrollando por mi cuerpo fuesen cada uno de esos pensamientos que me hacen sentir mal, que van a parar al suelo y se diluyen entre las maderas de la sauna. Miré el reloj y salí a darme una ducha. No se si porque ya habían pasado 20 minutos o porque quería ducharme y quitar los restos de sudor de mi cuerpo, no fuese que esos pensamientos que me hacen sentir mal se quedasen pegados a mi piel...
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6 comentarios:
Todos tenemos algún que otro cargo de conciencia... buena idea esa de la sauna funcionó?
Es lo que tienen algunos momentos de ocio, que cuando menos te lo esperas estás dándole vueltas a la cabeza y no te acaban de cuadrar las cosas...muchas veces se sufre más con los pensamientos que con los sentimientos.
Yo también vi ese reportaje en la tele, y tuve que cambiar de canal. Viendo eso también me sentí culpable, porque me estaba comiendo una cena estupenda, y aquella gente sin tener qué llevarse a la boca. Pero qué hacemos?? No podemos llevarnos a casa esos problemas. Lo digo por experiencia porque lo veo a diario en mi trabajo. No hay recursos suficientes para solucionar todos los problemas del mundo, o al menos no nos los quieren ofrecer desde el gobierno. Pero te has parado a pensar, Sommer, que eso te nos ha pasado inmersos en esta época consumista? Quizas el despilfarro que se produce estos dias, nos ha dado una llamada de atencion de esta manera... No lo sé.
Pues no lo se Irene, pero tal vez lo que estamos haciendo es precisamente eso, cambiar de canal, cerrar los ojos...
No tengo claro que estemos haciendo lo correcto....
si nos parasemos a pensar en cada una de las miserias que hay en este mundo no nos tomariamos ni una coca cola es triste decir esto pero si se resume..... intentas ayudar y las llamadas ONG por ejemplo se llenan los bolsillos .... y quizas ellos que son los que mas cerca estan de las calamidades del mundo son los que tienen mas estomago. Creo que todos tenemos el pensamiento de no estar haciendo lo correcto, de vez en cuando y hay que convivir con eso.
La primera vez que atendí a una mujer maltratada, lo pasé muy mal; me fui a casa nerviosa y llorando, pensando en las huellas que aquella mujer aún llevaba de las palizas que su marido le había dado 10 años atrás (dientes rotos, cicatrices, etc). Mi trabajo se queda allí una vez salgo por la puerta, o eso o pierdo la salud. No somos heroes para cargar con esa responsabilidad. Después de todo, creo que es necesario que hayan pobres para que existan los ricos, por qué si no, no se les perdona los millones de euros que deben a los paises desarrollados?...
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