martes, 14 de abril de 2009

Casa Bárbora

Allí donde el sol matutino desvanece la débil escarcha y baña de luz la fachada de piedra, donde el silencio se hace rutina y el descanso es egoista, donde el verde del campo sólo acaba en el azul del mar.

Allí donde atarcede en el tálamo y amanece entre burbujas, donde uno más uno no son dos, sino un uno más grande. Donde puedes ser ególatra aburrido y espléndido divertido sin cambiar de disfaz.

Allí donde la vida se disfruta entre arena y sal, en pleno corazón de la costa verde, nace casa Bárbora. Un lugar pensado para que el tiempo sólo transcurra si tu quieres que lo haga.

Mis amigos David y Yolanda os esperan. Si os acercáis, repetiréis. Seguro.